jueves, 21 de abril de 2022

Qué queréis que pase en el aula

Profesores del CDSA se introducen en Aulas Cooperativas Multitarea y Aprendizaje por Ámbitos en el Colegio Padre Piquer de Madrid


1 de abril de 2022, 6 de la mañana, cuatro profesores del Colegio Diocesano San Atón parten rumbo a Madrid, concretamente al Colegio Padre Piquer, perteneciente a la compañía de Jesús. 10:30 de la mañana, nos recibe y nos abre las puertas Gregorio, quien nos acompañará durante las siguientes horas contándonos la historia de su proyecto y enseñándonos su centro en una especie de job-shadowing intensivo. Ya lo hemos muchas otras veces tanto en el extranjero como aquí más cerca: ver para aprender.
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En pleno corazón de la ciudad, bajo las cuatro torres Business Area de Madrid se encuentra el barrio humilde de La Ventilla y este colegio pionero en aulas cooperativas multitarea y aprendizaje por ámbitos.

De situaciones complejas nacen iniciativas de cambio: en un colegio con una mitad de su población escolar inmigrante y perteneciente a cuarenta nacionalidades distintas se requirieron en su día replanteamientos que respondieran a las necesidades.

El cambio nace de un problema, había que poner la mirada en esa población escolar, en esos alumnos, había que aprender de ellos y aprender con ellos para poder aprender de uno mismo. Se trataba de crear una escuela inclusiva real mucho más allá del currículum. Siempre hay una escuela paralela infinita, paralela a la norma estricta y ahí es donde está el desafío de la experiencia docente. La mirada debe romper los corsés básicos desde la toma de conciencia de las necesidades del centro, que son las necesidades de sus alumnos.

Así nacieron hace más de quince años las Aulas Cooperativas Multitarea. Había que imaginar, soñar y ser flexibles. Había que tener claro también que “El vino nuevo no puede ir en odres viejos”, es decir, había que dejar de insistir en seguir haciendo lo mismo, había que quitar lo viejo para que no se estropeara lo nuevo. Todo no cabe. Había que abandonar rutinas caducas.

El cambio llegó desde la creación de espacios nuevos (la arquitectura del aula), también había que meter recursos en el aula (ipads por alumno) y recursos humanos (3, 4 y hasta 5 profesores por aula incluyendo colaboradores, que suelen ser alumnos en prácticas de larga duración).
En aulas así pasan muchas cosas de forma simultánea, hay distintas actividades, distintos ritmos, distintas situaciones de aprendizaje. El aula, el espacio, el medio se convierten en el mismo mensaje. Es la dinámica lo que cuenta, no el discurso monocorde del maestro desde la pizarra o la mesa del profesor. De hecho, no existe la mesa del profesor en esta nueva arquitectura. Tampoco existe el libro de texto.

Cierto que sin estos parapetos surgen dudas iniciales, surgen peros. Pero el tiempo da la razón, la evidencia es el éxito. Vale que, como no puede ser de otro modo, pueda haber aspectos que seguir puliendo, por ejemplo, la evaluación. Pero si alumnos, profesores, familias, colegio concluyen que “nos ha ido muy bien” será por algo.

En el aprendizaje por ámbitos ya no entras como profesor de tu materia sino como profesor de ámbito (socio-lingüístico, científico-tecnológico o artístico) y sabes que vas a pasar mucho tiempo con tus alumnos, por ejemplo vas a estar 11 horas a la semana con 1º de ESO y vas a estar con tus compañeros. 

Los bloques horarios van estar divididos en periodos de dos a cuatro horas que cunden y en los que no tienes que cortar la clase por lo sano para marcharte con la música a otra parte.

Las clases se planifican semanalmente en horario matinal (sería un error de raíz que fueran por la tarde a la hora del sopor después de todo un día de cansancio), así que semanalmente y en soporte digital se diseña todo lo que se debe hacer de cara a la semana siguiente bajo el lema de “qué queréis que pase en el aula”. Si queréis que pase, pues a organizarse. Todo esto siempre dentro de un marco más amplio que son los proyectos (cuatro por curso: 1-2-1). El banco de proyectos y actividades en Drive después de varios años es inabarcable pero reutilizable.

Lo bueno de todo esto es que las herramientas de Google (Drive y Classroom) nosotros ya las manejamos y los alumnos también están familiarizados con ellas. Tan solo nos queda darle una vuelta a los espacios y ponernos a trabajar juntos en el aula con un tipo de organización que desde el primer momento facilita la labor tanto al profesor como a los alumnos.

Esa fue nuestra impresión, la de los cuatro que fuimos, ante la convicción de quienes nos lo contaban y ante la observación directa de la organización y trabajo en las aulas por las que pasamos. Nuestra preocupación debe significar preocupación por el alumno y, como decíamos al principio, poner la mirada en ellos. La idea con la que sale uno de allí es que merece la pena planteárselo.

Esperamos que estas palabras hayan servido para trasladaros lo que hemos vivido y aprendido el uno de abril, pero lo mejor sería que fuerais para allá como nosotros. Allí os espera Gregorio y el Padre Piquer. Ver para aprender.

Manuel Chacón Ruiz

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